Las mujeres Padaung, más conocidas como mujeres de cuello de jirafa, son mundialmente famosas por los adornos de latón que llevan en sus cuellos. Formados por anillos que les presionan la clavícula hacia abajo, estos adornos consiguen crear la ilusión de cuellos alargados. Desde la edad de cinco años las niñas Padaung van añadiendo anillos a sus cuellos pudiendo alcanzar medidas de unos 35 centímetros de largo y más de 9 kilogramos de peso. Pero… ¿de dónde viene esta tradición? ¿qué problemáticas actuales enfrenta este pueblo? ¿cuáles son los verdaderos motivos por los que siguen llevando a cabo esta práctica?
Un poco de historia
Pese a que ni la fecha ni el motivo por los que se comenzó a realizar esta tradición están claros, existen múltiples historias que dan explicación a esta llamativa práctica. Algunos periodistas afirman que la costumbre comenzó con el objetivo de proteger a las niñas de los tigres de la zona, que suelen atacar a la altura del cuello; otros que protegía a las mujeres y niñas de ser raptadas por los traficantes de esclavos… Sin embargo, las propias mujeres Padaung desmienten estas teorías fantásticas extranjeras y explican que simplemente se trata de una tradición como cualquier otra: algunos se ensanchan las orejas, otros las rodillas y nosotras los cuellos. Es un símbolo identitario que denota belleza y riqueza.
Sin embargo, el motivo de esta tradición comenzó a cambiar a principios del siglo XIX, cuando Gran Bretaña conquistó y colonizó la entonces nación de Birmania. A partir de ese momento los diferentes grupos étnicos comenzaron a sufrir discriminación y racismo y poco después a las mujeres Padaung se las empezó a tratar como una atracción de feria. Tras más de un siglo como colonia británica, en 1948 Birmania consiguió la independencia y se redactó una constitución que protegía a los más de 100 grupos étnicos del país. Sin embargo, dicha constitución nunca llegó a entrar en vigor, pues los disturbios gobernaron Birmania durante los siguientes 20 años y se estableció una ideología racista en el gobierno que buscaba una Birmania «pura». Fue entonces cuando muchas mujeres Padaung, junto con otros pueblos, se vieron obligadas a huir de su país y buscaron refugio en el norte de Tailandia. Sin embargo, para sorpresa de estas mujeres, sólo habían abandonado una pesadilla para encontrar otra.
Zoos humanos
A su llegada a Tailandia, los pueblos birmanos se asentaron en campos de refugiados en el norte del país. Sin embargo, el gobierno tailandés no perdió el tiempo en aprovecharse de las mujeres Padaung, separándolas junto con sus familias de los campos de refugiados oficiales y reubicándolas en zonas separadas del norte de Tailandia. Algunas mujeres fueron incluso subastadas en carnavales y ferias y otras expuestas durante días a los turistas mientras tejían y cantaban detrás de muros. A pesar de las quejas del pueblo, que denunciaba que «las mujeres no eran animales de zoológicos», el gobierno tailandés hacía caso omiso y continuaba utilizando a las mujeres Padaung como atracción turística.
Poco a poco, motivados por la publicidad del gobierno tailandés y de otros países, los turistas extranjeros fueron inundando los poblados donde se encontraban las famosas mujeres de cuello de jirafa. Algunos de ellos, se quejaban de la actitud indiferente de las mujeres Padaung, de modo que los funcionarios tailandeses las obligaron a cantar y tocar música mientras recibían a los turistas. Poco después, los guías que llevaban a los extranjeros de visita percibieron que éstos esperaban encontrar aldeas primitivas. De modo que se prohibió la construcción de buenas carreteras, la utilización de tecnología moderna, la limpieza de las calles y la asistencia médica de calidad. Además, a las mujeres Padaung se les prohibía estudiar o trabajar y se las amenaza con retirarles el pequeño sueldo y comida que les daba el gobierno tailandés si se quitaban los anillos.
Tras varias décadas viviendo en estas condiciones, en 2005 el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados abrió la inscripción para el reasentamiento de más de 50.000 refugiados del norte de Tailandia. Esto fue una gran esperanza para las familias Padaung. Sin embargo, cuando solicitaron su reasentamiento, el gobierno tailandés denegó la mayoría de ellos con el motivo de que «se trata de una especie en peligro de extinción que necesita protección, debiendo preservarse su cultura en un único lugar».
¿Libertad o tradición?
En los últimos años, muchas mujeres Padaung han optado por retirar los adornos de latón de sus cuellos con el objetivo de conseguir educación, trabajo o la posibilidad de reasentamiento. Muchas de ellas cuentan que no quieren ganar dinero «mientras otras personas les miran», sino que quieren conseguir su propia educación, trabajar por sí mismas y ser dueñas de su vida.
Estas mujeres se ven obligadas a elegir entre su tradición y su libertad. Ellas aman su anillos, pero el llevarlos implica no poder formarse ni salir del país, quedando relegadas a ser una atracción para los turistas. La tradición de los anillos Padaung ha adquirido un nuevo significado en los últimos años, pasando de una tradición amada por su pueblo que denotaba belleza y riqueza, a una «esclavitud» de los turistas y del gobierno tailandés.
Afortunadamente, poco a poco esta situación va siendo más conocida y las mujeres Padaung están recibiendo ayuda internacional, pudiendo reasentarse en otros países sin necesidad de retirar los anillos de sus cuellos y dejar de lado su tradición. Sin embargo, aún quedan muchas mujeres en pueblos de Tailandia que siguen viviendo del turismo que acude a conocer a las famosas mujeres de cuello de jirafa.
La historia de las mujeres Padaung es una de entre muchas otras. Por ello, cuando viajamos es muy importante ser conscientes de que siempre causamos un impacto, ya sea positivo o negativo. Es importante conocer la realidad del lugar que visitamos, ponernos en la piel de las personas que nos encontramos, conocer su historia, sus problemas y sus ambiciones.
Si quieres profundizar en la historia de las mujeres Padaung, te recomiendo este artículo de Jessica Theurer: «Trapped in Their Own Rings: Padaung Women and Their Fight for Traditional Freedom».